Espero que disfruteis en este blog.

viernes, 27 de julio de 2012

Capítulo 3 - Little Joanna

Capítulo 3. Hasta luego.

 *POV Joanna*

Fueron pasando los días en Londres. Unos días con sol, otros con lluvia…
Visitamos Londres entera gracias a nuestro guía Harry.
Quedábamos cada día con él, y cada día me resultaba más guapo.
- Te estás enamorando – me decía María-.
- Eso es mentira, solo es mi amigo.
- Claro, claro.


Era nuestro último día en Londres, al día siguiente volveríamos a España. 
Quedamos con que Harry iba a venir a buscarnos al hotel en su coche para ir a un parque.
Hacía un día muy bueno. Me puse unos pantalones cortos y una camiseta negra con el dibujo de una guitarra y en los pies, mis vans.
Estábamos en el hall esperando cuando oímos un claxon.
Era él. Se bajó de su coche negro con sus gafas de sol a lo aviador.
Era tan…
- Hola chicas – dijo en español-.
 No pude evitar reírme.
- Hola – le saludamos María y yo-.
Nos montamos las dos atrás. Antes de arrancar puso la radio y empezaron a sonar The Beatles.
Estuvimos una hora en el coche, el parque estaba a las afueras.
- Ya hemos llegado – dijo mientras se bajaba del coche-.
Nos abrió la puerta y bajamos.
Se respiraba tranquilidad y se podía oír todo tipo de animales.
- Damos un paseo y luego tengo una sorpresa preparada –dijo Harry-.
Dimos toda la vuelta al parque, era bastante grande. 
Nos llevó toda la mañana. 
De repente me sonaron las tripas. 
Me miraron los dos y se empezaron a reír. 
- No os riáis, tengo mucha hambre. 
Siguieron riéndose hasta que volvimos al coche. 
Ya me iba a subir cuando Harry me lo impidió. 
- ¿Si no me subo como quieres que vayamos a comer? 
- Porque la comida la he traído de casa. 
Le expliqué a María lo que había dicho y de repente gritó: 
- ¡PICNIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIC! 
Harry empezó a sacar cosas del maletero. 
Nos dio a nosotras lo que menos pesaba y andamos un poco hasta llegar al río.



Extendió un mantel blanco sobre el césped. 
Hizo que nos sentáramos mientras el sacaba toda la comida. 
- Creo que te has pasado –le dije-. 
- Yo creo que no. Como mucho. 
Abrió un tupper donde se vio que hizo el intento de hacer una tortilla de patata, pero no le salió muy bien. Yo me empecé a reír.
- Prométeme que me vas a enseñar a hacerla. 
- Yo te enseñaré. 
Nos quedamos mirándonos a los ojos. 
De repente María se levantó con la cámara de fotos en la mano. 
- Venga, hay que inmortalizar el momento. 
Nos dejamos de mirar. Harry me acercó a él y me abrazó por detrás. 
Miramos a la cámara y el flash saltó. 
Sonreí hacía María. 
Empezamos a comer, había traído sándwiches, fruta, de todo, en resumen, demasiada comida. 
Pero no quedó ni uno miga de pan. 
- Te dije que comía mucho. Bueno, creo que tenéis que descansar para mañana. 
- Sí – contesté-. 
No quería irme de allí. 
Volvimos al hotel. 
Estuvimos un rato con Harry en la puerta, un rato tan grande que se hizo de noche. 
Nos despedimos y subimos a nuestra habitación. 
Hicimos la maleta. Dejé la ropa que me iba a poner el día siguiente fuera y me metí en la cama. 
Tardé un buen rato en dormirme. 


Al día siguiente nos despertamos muy temprano, teníamos que estar dos horas antes en el aeropuerto, y el avión salía a las 9:15. 
Cargamos nuestras maletas en el taxi que venía a recogernos y pusimos rumbo al aeropuerto. 
Facturamos las maletas y fuimos a una cafetería a desayunar. 
Al despedirnos le dije a Harry que no hacía falta que viniera a despedirse, alguna vez nos había dicho que no le gustaba madrugar, entonces di por hecho que no iba a venir y que ayer fue la última vez que nos vimos. Oímos que las personas de nuestro vuelo teníamos que ir a la puerta de embarque, y así hicimos. 
De repente no aguanté más y me resbalaron unas lágrimas por la mejilla. 
María me vio y me abrazó. 
- Eh, no llores, por favor. 
Se separó de mí, no dejaba de mirar detrás de mi. 
Me giré y vi al chico que hace tres semanas me golpeó con una puerta. 
Corrí hacía él a abrazarle. 
- Prométeme que volveremos a vernos, que me enseñarás a hacer tortilla de patata y que hablaremos cada día – me dijo al oído-. 
- Te lo prometo. 
Me separó un poco de él, nos quedamos mirándonos unos segundos. 
De repente sentí sus labios sobre los míos. 
 Cuando nos separamos solo pude llorar mientras él me decía: 
- Recuerda que esto no es un adiós, si no un hasta luego. 


Me alejé de él sin dejar de mirarle y nos montamos en el avión rumbo a España.

Bueno, espero que os guste. Yo he muerto de amor escribiéndolo :)
En cuanto ve algún comentario intentaré subir el siguiente.
Me alegra mucho ver vuestros comentarios.
Y gracias por leerme !!

miércoles, 25 de julio de 2012

Capítulo 2 - Little Joanna

Capítulo 2. Starbucks.

 - Os reíais de mi, ¿verdad?
- Para nada.
 Me miró.
- Bueno, solo un poco. De que no nos entendías.
 - Sabes que a mí los idiomas…
- Si te esfuerzas tendrás buenos resultados, pero eres una vaga.
- Eso es mentira.
Ahora fui yo quién la miró.
- Bueno, solo un poquito. Y bueno, ¿qué habéis hablado?
-Nos ha invitado mañana a un Starbucks. Por el golpe que me ha dado y por el chichón que me va a salir.
- Pero un chichón a cambio de conocer a…
- Harry.
- A Harry, era guapo, no te quejarás. Tienes suerte. Todos los chicos van a ti.
- No digas eso. Soy una chica cualquiera, con mi pelo y ojos marrones. Lo más normal del mundo.
- Pero eso aquí es exótico.
- No creo.
 - Bueno, esto no lleva a ningún sitio. Deberíamos volver al hotel a ver que hacemos con ese chichón, aunque ya poco.
Volvimos al hotel. Pedimos un poco de hielo que al cabo del rato me bajó un poco la hinchazón, pero no mucho. Porque eso se debía poner nada más se hacía.
Cenamos en el hotel y nos fuimos a dormir pronto.
 A la mañana siguiente cuando nos despertamos nos vestimos y bajamos a desayunar.
Me dolía la cabeza por el golpe de ayer y no tenía muchas ganas de nada, así que decidimos quedarnos por la zona para comprarnos cosas.
- Mira, allí hay una tienda de recuerdos.
- ¡Somos guiris! – grité en medio de la calle.
Una señora mayor se nos quedó mirando a las dos, nos miramos y echamos a correr hacia la tienda antes de que la señora llamara a la policía.
- Tú estás muy mal –me dijo María-.
- Eso ya lo sé. ¿Todavía no sabes que me escapé del manicomio?
- ¡Police, police! ¡Una loca!
Nos reímos las dos. Yo me reí más que de eso, de su pronunciación.
- María, se pronuncia polis, no police como suena.
- Ya llegó la lista.
Entramos a la tienda y empezamos a coger todas las cosas que nos gustaron para nosotras y algúna cosilla para los demás y cuando acabamos lo pagamos todo y nos quedamos por los alrededores.
- Tengo un hambre que me comería una ballena (?)
- Pues ahí hay un puesto de hot-dogs, no se si te servirá.
- ¿Un puesto de qué?
- De perritos calientes.
- Ahhh, ¡vale!
Nos acercamos al puesto y pedimos un perrito para cada una. Nos sentamos en un banco a comérnoslo.
- ¿Ahora que hacemos?
- No sé, ¿qué hora es?
- Van a ser las tres.
- Voto por irnos a dormir al hotel.
- Hoy eres tú la vaga.
- Hoy estoy malita –contraataqué yo-.
Volvimos al hotel y mientras María hacía el tonto yo me quedé dormida.


 - ¡¡JOANNA!!
 Noté que me zarandeaban.
- ¿Qué? 
- Despiértate. ¿A que hora habías quedado con… 
- Harry. 
- ¡Eso! 
Miré el reloj y eran las 18:15. 
- A las siete. ¿Por qué no me has despertado antes? Vamos a llegar tarde. 
- Estabas tan mona dormida –dijo poniendo ojos como de enamorada (?)- 
- Cállate anda y vámonos. 
Salimos y cogimos el bus hasta el London Eye. 
Llegamos a las siete en punto. 
- Por cierto, una cosa te digo. Me tenéis que traducir todo lo que habláis. 
- Vaaale. Mira allí está. 
Nos acercamos a él que no dejaba de observarnos.
- Hola. 
- Hola chicas. 
- Ha dicho hola chicas – le dije a María-. 
Fuimos tranquilamente al Starbucks hablando y traduciendo a María lo que decíamos. 
- Os invito yo. ¿Qué queréis? 
- Yo un frapuccino de chocolate. 
-¿Tú que quieres María? 
- Frapuccino de chocolate. 
- Dos frapuccinos de chocolate. 
- Que sean tres –dijo él-. 
Nos llamaron cuando los tenían listos. Subimos a la parte de arriba, y allí nos pusimos a hablar como si nos conociésemos de toda la vida. 
Se llamaba Harry Judd y tenía 20 años, aunque en diciembre hacía 21. 
Le gustaba mucho la música y tocaba la batería. 


 *POV Harry*


 - Una cosa Harry, ¿dónde ibas con tanta prisa ayer? – me preguntó. 
- A por unas baquetas nuevas. Estoy ensayando muy duro porque dentro de 3 semanas voy a un casting para entrar a un grupo. Les falta el batería. 
- Pues mucha suerte. Nosotras ya no estaremos aquí –me sonrió-. 
Era una chica estupenda, tenía 4 años menos que yo, pero no me importaba. Era muy guapa, me gustaban muchos sus ojos marrones. En Londres no se solían ver muchos. 
Tenía muy buen gusto para la música y para todo. Era la chica del sueño de cada hombre. 
- Bueno, se me ha hecho tarde –dije-. 
- A nosotras también. 
Salimos del Sturbucks, intercambiamos teléfonos y nos despedimos.


Espero que os guste este capítulo. Quiero vuestros comentarios. Y espero no tardar en subir el siguiente :)

lunes, 23 de julio de 2012

Capítulo 1 - Little Joanna

Capítulo 1. El golpe.

 Oh, que tonta de mi, se me olvidó presentarme.
Me llamo Joanna. Sí, un poco raro el nombre ¿no? Mi padre es inglés aunque nunca he viajado a Reino Unido porque toda su familia se trasladó a España hace mucho tiempo. Pero se hablar el inglés como el español.
Bueno, tengo 16 años. Tengo un hermano que se llama Ronald y tiene un año más que yo.
Tengo un padre y una madre como todo el mundo y tengo, como no, a mi mejor amiga.
María.
La chica que estaba durmiendo agotada en la cama de al lado después de pasar la tarde en Londres.
Hoy será un día duro. Convencimos a nuestros padres de que nos dejaran venir gracias a que éramos responsables y era nuestro sueño.
 Nos costó un poco, sobre todo eso de ser menores, pero aquí estamos y yo sin poder dormir porque he visto mi sueño cumplido. Estoy muy cansada. Creo que es hora de que descanse.

Al día siguiente nos despertamos con el sol que entraba por la ventana.
Me dí una ducha y mientras se duchaba María me arreglé.
Me puse unos pitillos vaqueros, mi camiseta con el símbolo de Batman, sí, me encantaban los superhéroes, y para terminar mis vans negras. Encima me puse una chaqueta.
Hacía sol, pero el sol no quería decir que hiciese calor. Estábamos en pleno junio, pero aquí las temperaturas no son muy altas.
Me pinté un poco los ojos, sin parecer una del montón que se pintaban como si les fuera la vida en ello ni de las que se ponen encima pequeños trapos que lo hacen llamar camisetas o cinturones a los que llaman faldas. Me gustaban más las camisetas anchas.
En mi instituto me decían que era una friki y que parecía un chico. Pues bueno, que piensen lo que quieran.
Ya había llorado demasiado por todas estas mierdas.
María salió de la ducha y bajamos a desayunar.
- No se que coger, hay tantas cosas.
- Yo me decanto por dos huevos y bacon.
- Tú pisando fuerte-dijo María.
- Es mi gen inglés, que me sale a veces.
 - Jajaja Yo sigo con mi vaso de leche y cereales.
- Jajaja –nos reímos las dos.
- Anda vamos a desayunar rápido que tenemos muchos sitios que visitar.
En media hora estábamos en la puerta del hotel con nuestras mochilas a la espalda esperando un autobús para ir al centro.


- Entonces hoy nos montamos en el London Eye y nos quedamos por esa zona ¿no?
- Sí. Tengo ganas de montar y de pasar un día tranquilo - dije-.
- Tienes razón, tenemos días no tenemos por qué ir corriendo.
- Ojalá algún día podamos vivir aquí. ¿Te imaginas?
- Eso sería…
Llegamos a la zona del London Eye.
Compramos nuestras entradas y nos pusimos a la cola. Cuando llegó nuestro turno subimos, nerviosas. Y se empezó a mover.
Las vistas desde allí eran espectaculares.


- Es alucinante-dije-.
Cuando bajamos estuvimos dando una vuelta por los alrededores sacando fotos.
Nos metimos por una calle y pasamos al lado de una tienda que me llamó la atención.
Miré el escaparate y me faltó poco para caerme redonda al suelo. 
- ¡Una tienda de música! 
- Estás loca- dijo María mirándome. 
- Sabes que la música lo es todo para mí. 
Y así era, no lo había mencionado. Desde pequeña había aprendido a tocar el piano y desde los diez años empecé con la guitarra. 
Miré de repente a María con ojos de perrito pachón (?) 
- ¿A que vamos a entraaaaaaaaaaaaaar? Porfiiiiiiiiiiiiiii 
- Yo entro por ti e.e 
- ¡¡ GRACIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSS !! – dije mientras la abrazaba. 
Eso era un sueño. Ver tantos instrumentos juntos, buena música de fondo. 
Yo me iba a quedar ahí a vivir. ¡Oh, sí! 
Vi una guitarra preciosa y no puede evitar cogerla. 
- No me digas que no te gusta – dije a María-. 
- Es bonita – dijo sonriendo-. 
- Bueno, creo que ya nos podemos ir. No me voy a poder comprar nada por más que quiera. 
Íbamos a salir por la puerta cuando alguien entró de golpe y la puerta me dio un golpe en la cabeza y me caí al suelo. 
- Oh, perdón… ¿Estás bien? ¿Te duele? 
 Me puse la mano en la cabeza. 
Miré hacia arriba y me pareció ver a un ángel. Pelo negro con cresta, ojos azules… 
- Creo que estoy bien –dije en un perfecto inglés-. 
- Menos mal. Lo siento. Iba con prisa. 
- Estoy bien, no te preocupes. 
Me tendió la mano y me ayudó a levantarme. 
- Te invito a algo. Bueno, a ti y a tu amiga, que nos está mirando raro. Te invito, por el golpe. 
No me lo pensé dos veces
- Oh, vale. 
 - ¿Te gusta el Starbucks? Seguro que si, en el de la calle… 
- No somos de aquí, no conozco nada -le corté-. 
- Entonces quedamos debajo del London Eye. A las siete. 
- Vale, emm… 
- Oh, Harry. 
- Joanna. Ella es María. No sabe mucho inglés la pobre. 
Nos reímos los dos mientras María nos echaba una de sus miradas asesinas. 
 Nos despedimos y María y yo salimos de la tienda

Pues... Espero que os guste. Quiero ver vuestros comentarios.
Me ha salido bastante largo.
Aquí ya aparece Harry, pero tampoco quiero que sea como el típico fic que se conocen, se enamoran y en el tercer capítulo ya se han casado y tienen tres hijos (es un decir).
Espero subir a menudo, no esperar otro año a subir el siguiente xD 
Pues, ¡espero que os guste!